Bloque bolivariano acusa EEUU de promover la «muerte» del Protocolo de Kioto
“Es moralmente inaceptable que un sólo país esté esperando a lo que diga su proceso electoral para decidir si se involucra o no” en la lucha contra el cambio climático, destacó la jefa de la delegación venezolana, Claudia Salerno, que dio una ponencia en la sesión inaugural de Tianjin como portavoz del ALBA -Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Bolivia.
De forma similar se expresó el embajador de Bolivia en las Naciones Unidas, Pablo Solón, quien destacó en una rueda de prensa que “algunos países desarrollados están promoviendo el final del Protocolo de Kioto” y señalando que éste “va a morir” si no se produce un segundo acuerdo vinculante.
Los dos representantes culparon una vez más a EEUU del fracaso de la Cumbre de Copenhague de diciembre pasado y acusaron a algunos países de estar intentando bajar las expectativas de cara a la conferencia de Cancún, “después de haber intentado, hace un año, resolverlo ellos solos todo en una reunión en una pequeña habitación”, en palabras de Salerno.
“Esos países trataron de imponernos un documento a las tres de la madrugada, dándonos 60 minutos para aceptarlo, no lo aceptamos y eso no puede volver a ocurrir”, coincidió Solón al referirse al acuerdo pactado entre EEUU, la India, Suráfrica y China en Copenhague, al que luego se adhirió la Unión Europea pero que excluyó a los países en desarrollo.
Los representantes de Bolivia y Venezuela no aceptan las propuestas de que se intente en Cancún alcanzar acuerdos únicamente en temas menos polémicos, ni tampoco que unos pocos países lideren las negociaciones.
“En Naciones Unidas negociamos 190 países, todos en posición de igualdad, aquí también puede lograrse”, señaló el representante boliviano, mientras que Salerno aseguró que aprobar sólo lo “fácil” significaría “intentar mandar un mensaje político de que algo se está moviendo cuando en realidad no lo está haciendo”.
En similares términos se expresó el representante de Cuba, Pedro Pedroso, para quien EEUU, “un país que no está dentro del Protocolo de Kioto, le quiere decir al resto lo que ha de hacer, cuando todos se han movido y el único que no lo ha hecho es él”.
“Sufrimos un problema global, y algunos perciben que son las naciones ‘grandes’ las que deben decidir, cuando somos otros los que resultamos más afectados”, añadió el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano.
Salerno subrayó que aunque China también fue culpada el pasado año de “urdir” el acuerdo de mínimos de Copenhague, en su opinión es un país que sí ha mostrado buen talante a la hora de acometer medidas.
“La campaña de EEUU ha intentado que la atención se desvíe a los países emergentes, pero es que éstos han dado muestras de importantes compromisos. China por ejemplo no espera a nadie para hacer lo que ellos prometieron, nunca les he oído decir que van a esperar a EEUU para ver si ellos reducen su intensidad de carbono un 40 por ciento”, señaló a Efe Salerno.
“Tampoco espera que le llegue dinero para hacerlo. Es un país que tiene derecho a desarrollarse como lo hicieron todos los que provocaron la situación en la que estamos, si esto hubiera ocurrido en la era preindustrial los países ahora industrializados no habrían aceptado”, añadió.
La representante de Venezuela, una de las grandes naciones petroleras del mundo, señaló además que no cree que sea el crudo el gran problema para el calentamiento global.
“Hay una serie de gases no regulados por los Protocolos de Kioto ni Montreal que tienen un poder de calentamiento global 5.000 veces mayor que una molécula de carbono del petróleo, los HCFC 22 y 23, asociados a refrigerantes de los vehículos, aires acondicionados y calefacciones que en nuestros países tropicales no hay”, explicó.
“Nuestra posición, común con la Unión Europea, es que esos gases deben listarse pues allí esta el origen del problema”, añadió.
La venezolana también clamó contra las promesas de fondos para la mitigación del cambio climático que los países desarrollados han hecho a las naciones en desarrollo.
“Es una promesa vacía, de los 30.000 millones de dólares tendrían que haberse liberado 10.000 millones este año y no se ha hecho ni con el 10 por ciento de esa cantidad. Y una gran parte es ayuda al desarrollo reciclada, es un gran engaño”, aseguró.
Además, afirmó que las promesas de dinero sin compromisos de mitigación en los países en desarrollo no harán sino agravar el problema.
“Lo que necesitamos es que se estabilice el clima porque no hay dinero sobre el planeta que pueda evitar un huracán”, señaló. EFE
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