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Alimentos en alza: ¿crisis en ciernes?

María Esperanza Sánchez

Los valores de los alimentos han alcanzado su nivel más alto en dos años, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).

Sólo en agosto, la ONU dijo que el incremento de los precios llegó al 5%, debido principalmente al alza del trigo tras la prohibición de la exportación del grano por parte de Rusia.

Los efectos ya se han hecho sentir. Hace dos semanas, al menos diez personas murieron en Mozambique en una serie de movilizaciones en protesta por un aumento de 30% en el valor del pan.

¿Pero cuáles son las posibilidades de que se produzca en esta ocasión una crisis de precios de los alimentos similar a la ocurrida en 2008? ¿Qué impacto tendrán estas alzas en América Latina?

Señales alentadoras

David Dowe, economista de la FAO, le dijo a BBC Mundo que aunque es difícil prever completamente lo que va a pasar, no hay razones para pensar que habrá una crisis como la de hace dos años.

“Los precios han estado subiendo, pero se encuentran en un nivel más bajo que hace dos años y no se están produciendo aumentos tan rápidos, aunque en el caso del trigo sí ha habido una alza acelerada en los últimos dos meses”, afirmó.

Según datos de la FAO, en general los precios de los alimentos están todavía un 30% más bajos que en 2008.

El experto indicó, además, que las reservas de cereales incluyendo las de trigo son mucho mayores de lo que eran antes de la crisis de precios de 2008 y que no existe la volatilidad en los precios de la energía, particularmente del petróleo, que había en ese entonces. Ambos factores tuvieron un peso importante en la crisis de alimentos.

Entre los factores que están afectando el mercado del trigo se encuentra la prohibición en la exportación del grano por parte de Rusia, país que ha enfrentado una gran sequía este año que ha afectado su producción. Pero también la FAO ha advertido que las cosechas podrían ser afectadas en Alemania, Canadá y Argentina debido a posibles inundaciones.

Sin embargo, David Dowe comenta que hay que matizar estos datos: “Aun con los problemas que ha habido en Rusia, se estima que la cosecha mundial de trigo va a ser la tercera más cuantiosa en la historia. Es decir, bastante alta. De manera que los indicadores nos dicen que no deberíamos enfrentar una crisis como la de 2008”.

Impacto en América Latina

El aumento de los precios de los alimentos, particularmente del trigo, beneficia a exportadores como México y Argentina.

Enrique Martínez, presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial de Argentina (INTI), le dijo a BBC Mundo que en su país “el efecto inicial es un aumento de la perspectiva de siembra”.

En Argentina, la producción de trigo alcanzó a 7,5 millones de toneladas el año pasado y “si los precios se incrementan con perspectiva para la cosecha del año próximo, va a aumentar la superficie sembrada”, explicó.

México produce unas cuatro millones de toneladas de trigo y aquí también hay posibilidades de que aumente la producción este año.

Según dijo a BBC Mundo Enrique Martínez, el aumento en los precios del trigo arrastra consigo a otros granos como el maíz y en menor medida la soja, de manera que los productores latinoamericanos de estos rubros podrían también beneficiarse.

El panorama es diferente para los países más pequeños, como República Dominicana y los centroamericanos, porque además de ser importadores de trigo, el gasto en alimentos representa un alto porcentaje del ingreso de las familias.

El futuro

Pero aunque la FAO no prevé una escalda de precios como la de 2008, en el largo plazo la tendencia al aumento de los precios de los alimentos se mantendrá.

Un reciente estudio del organismo de Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé un incremento de entre 15% y 40% en el valor de los granos en la próxima década.

El trabajo hace una proyección tomando como punto de comparación los precios de los alimentos en el período de 1997 a 2006.

Por otra parte, los valores reales de los productos lácteos subirán entre 16 y 45% y el de lo aceites vegetales en 40% durante los próximos diez años, según la investigación.

De manera que si estas proyecciones resultan ciertas, los precios altos de alimentos será el pan nuestro de cada día.

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