MEDIO AMBIENTE

Cochabamba ya vive la Cumbre Mundial Climática

César Siles A.

“Sucursal del cielo”, “el corazón de Bolivia”, “la ciudad de las flores”, “el granero de Bolivia” o la “ciudad de la eterna primavera” son los apelativos con los que se conoce a Cochabamba, enclavada en un valle, el más rico en diversidad productiva agrícola de Bolivia.

Cochabamba se encuentra a 2.570 metros sobre el nivel del mar. De clima seco y templado, Cochabamba tiene temperaturas que oscilan entre los 5 y 30 grados centígrados, aunque en invierno puede llegar a cero grados en la madrugada.

La ciudad es la capital del departamento y de la provincia Cercado. Es la tercera ciudad en importancia económica de Bolivia. Está situada en el centro del país, en medio de la cordillera de Los Andes, en un valle fértil para la producción agrícola y vegetación, de ahí los apelativos de ciudad jardín o de las flores, o granero de Bolivia. Tiene una superficie de 55.631 kilómetros cuadrados, con una población de 1.455.711 habitantes (censo 2001), aunque la proyección del Instituto Nacional de Estadísticas estima que en la actualidad Cochabamba tiene 1.861.924 habitantes, de los que 618.376 viven en Cercado, a diferencia de los 517.024 en 2001.

Su nombre tiene origen en los vocablos quechuas qhucha (lago) y pampa (planicie), aunque con el tiempo se quedó con el denominativo de Cochabamba.

Conocida como Kanata y luego Quchapampa, fue fundada con el nombre de Villa Real de Oropeza, como parte del Virreinato del Perú, el 15 de agosto de 1571 por el Capitán Gerónimo de Osorio. El departamento limita con sus similares de Beni al norte, Chuquisaca y Potosí al sur, Santa Cruz al este, La Paz y Oruro al oeste.

Sus atractivos

La ciudad de Cochabamba, colindante con las poblaciones de Quillacollo y Sacaba, cuenta con accesos pavimentados desde La Paz, Oruro y Santa Cruz, un aeropuerto de primer nivel como el Jorge Wilstermann, nuevos edificios, avenidas de circunvalación, distribuidores de tráfico, innumerables parques (temáticos y otros) de gran atractivo, centros culturales, museos, centros comerciales, ferias artesanales y balnearios.

En los alrededores de la plaza 14 de Septiembre, en el centro histórico de la ciudad, están enclavados los edificios de la Prefectura (Gobernación), la Alcaldía y el Concejo Municipal y la Catedral Metropolitana construida a principios del siglo XVIII. Tiene accesos peatonales por las cuatro esquinas, al interior tiene varias divisiones y espacios para reunión de personas, espectáculos de artistas callejeros y vendedores; ahí se celebran actos conmemorativos y libertarios. Está adornada con una fuente de agua y durante el día cientos de palomas invaden el lugar. En la parte central está ubicada sobre una columna la imagen de un cóndor.

Comida para todos

En Cochabamba se encuentra un sinnúmero de restaurantes, quintas y comedores populares donde la variedad gastronómica es muy rica.

Es una ciudad moderna, aunque mantiene parte de su infraestructura colonial y republicana. Está rodeada por el cerro de la Coronilla o colina de San Sebastián (sur), lugar histórico por la batalla librada el 27 de mayo de 1812 por valientes mujeres cochabambinas, y el cerro de San Pedro donde se levanta imponente el Cristo de la Concordia (noreste).

La vida nocturna, con sus principales centros en la calle España, el paseo de El Prado y el sector de la Recoleta, ofrece una variedad para todos los gustos con bares, restaurantes, cafés, pubs, discotecas, karaokes, además de cines y teatros.

La Cancha

Cochabamba cuenta con el mercado al aire libre más grande de Bolivia, denominado La Cancha, donde se encuentra de todo, desde un alfiler hasta los más modernos equipos electrónicos y de línea blanca de diversas marcas e industrias. Esta ubicado al sureste de la ciudad. En el centro, sobre la calle 25 de Mayo, está el mercado del mismo nombre, donde están los comedores populares con una variedad de gastronomía y a precios accesibles.

Caos vehicular

En cuanto al transporte, en la ciudad se vive un caos sobre todo en las horas “pico”, con más de 100 líneas entre el taxi, radiotaxi, autobús y taxi-trufi. A ellos se suma el indiscriminado uso de la bocina o claxon.

A diferencia de otras ciudades, la preferencia la tienen los vehículos antes que los peatones; los pasos de peatones y los semáforos apenas son respetados. Al caos vehicular se suma el mal estado de muchas calles y avenidas, lo que hace más complicado el traslado de un lugar a otro. En cuanto a los precios, el autobús y el taxi-trufi (se identifican con letreros ubicados en el techo o ventanas del vehículo) tienen una tarifa de 1,50 bolivianos; en cambio los taxis y el radiotaxis varían sus precios, dependiendo de la distancias cobran entre cinco y ocho bolivianos, en horario nocturno esos montos se incrementan hasta en un 100 por ciento o más.

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